Cuando echamos la vista atrás, resulta evidente que destacar en el mercado de los celulares era una tarea sencilla en los tiempos del iPhone 5s o cuando el iPhone X rompió moldes con su diseño. Sin embargo, en la actualidad vivimos en una era de abundancia tecnológica donde la competencia por captar la atención del usuario es feroz, no solo contra rivales externos, sino dentro de la misma casa. Al analizar el recorrido de Apple, es imposible no detenerse en el iPhone 13 Pro Max, un dispositivo que en su momento se presentó como el más grande y completo de la familia, aunque esa grandeza trajera consigo ciertos compromisos en ergonomía que marcaron un precedente para lo que vemos hoy en día.
El peso de la corona y la autonomía
Lo que definió al iPhone 13 Pro Max no fue solo su tamaño, sino cómo logró integrar la tecnología ProMotion de 120 Hz sin sacrificar la duración de la batería, un equilibrio que sus antecesores no habían logrado del todo. Este modelo se distanció del iPhone 12 Pro Max ofreciendo una autonomía de récord, algo que los usuarios clamaban a gritos. No obstante, Apple mantiene un conservadurismo bien conocido en sus diseños; es una vía de doble sentido donde los cambios suelen ser sutiles. En aquel modelo, apenas se redujo el “notch” y se reorganizaron ligeramente los botones, detalles que pasaban desapercibidos para el ojo inexperto. La sensación en mano era la de un equipo contundente, pesando 238 gramos y con bordes planos que, si bien elegantes, resultaban menos cómodos que las curvas de generaciones anteriores.
Una mirada al futuro de la gama de entrada
Mientras la gama Pro sigue empujando los límites, la estrategia de Apple para sus modelos más accesibles parece tomar un rumbo distinto, centrado en la reutilización eficiente de componentes. Informes recientes apuntan a que el futuro iPhone 17e continuará con la tradición de la línea SE, reciclando tecnología para mantener los costos bajo control. Según se comenta en la industria, este dispositivo, planeado para la primera mitad de 2026, heredará el panel OLED de 6,1 pulgadas del iPhone 16e. La novedad aquí no estaría en la tecnología del panel en sí, sino en un refinamiento estético: Apple planea reducir los bordes o biseles, logrando una apariencia más moderna sin necesidad de un rediseño costoso de los circuitos internos.
La brecha tecnológica en las pantallas
Es aquí donde se nota la diferencia entre las gamas. A pesar de que estaríamos hablando de un teléfono lanzado en 2026, el iPhone 17e seguiría utilizando transistores de película delgada de silicio policristalino de baja temperatura (LTPS). En términos prácticos, esto significa que este modelo se quedaría fuera de la fiesta del ProMotion; es decir, no contaría con la tasa de refresco variable que hizo brillar al 13 Pro Max años atrás. Mientras el resto de la familia iPhone 17 daría el salto a la tecnología LTPO, necesaria para variar los hercios de la pantalla, el modelo “e” se mantendría como la única opción en el catálogo sin esta fluidez visual, marcando una línea clara entre lo premium y lo económico.
Rumores sobre el motor y el diseño
Más allá de la pantalla, se especula que el iPhone 17e podría sorprender en otros apartados. Existen rumores vagos pero persistentes de que podría adoptar la “Isla Dinámica” en lugar de la muesca tradicional y que vendría impulsado por el chip A19, reutilizando posiblemente el chasis del iPhone 16e. Sin embargo, las proyecciones de envío iniciales son cautelosas, rondando los 8 millones de unidades, una cifra que parece baja si consideramos que Apple suele mover cerca de 20 millones de sus modelos económicos en el primer año.
El papel de los proveedores asiáticos
En el trasfondo de esta producción se encuentra la disputa entre los fabricantes de pantallas. La empresa china BOE ha logrado asegurar la mayor parte de los pedidos para este iPhone 17e, superando a gigantes como Samsung Display y LG Display en este modelo específico. La razón es técnica y económica: BOE domina la producción de paneles LTPS, pero aún enfrenta dificultades para estabilizar la producción masiva de los paneles LTPO más avanzados. Por ello, mientras Samsung y LG se encargan de las pantallas de los modelos superiores, BOE se consolida como el proveedor clave para la estrategia de bajo costo de Apple, demostrando que en la cadena de suministro, al igual que en el diseño del iPhone 13 Pro Max, cada milímetro y cada componente cuentan.